Regeneración: conjunto de virtudes para habitar el presente y proyectar un futuro próspero
- Giovanni Acevedo
- 7 nov
- 4 Min. de lectura
En la actualidad, mucha de la literatura que se encuentra sobre Regeneración inicia definiendo este concepto de la manera más sencilla: algo es regenerativo cuando tiene la capacidad de existir y/o ser creado de nuevo. De ahí que este tipo de literatura sienta bases importantes para la comprensión de lo dicho.
Así entonces, ese de nuevo implica un nuevo modo de actuar, relacionar y pensar consigo mismo y con la naturaleza; una manera renovada, creativa y positiva de actuar con el planeta. Esta es una forma transformadora de establecer vínculos en comunidad y un modo de pensar reestructurado en el que se apliquen aprendizajes del pasado capaces de redescubrir factores multiplicadores razonables generadoras de vida.
En su modo más simple, en la regeneración la vida crea condiciones que conducen a la vida; no obstante, aunque se lee tan sencillo, aplicar la regeneración en los enfoques de nuestro trabajo requiere de un compromiso mucho mayor, pues en este caso regenerar comprende un acto ético y coherente con la forma en la que socialmente se actúa a diario. Es más, es posible decir que aquel que falte a sus principios, a las normas y/o dañe a otro, no es un actor regenerativo. Por lo tanto, cabe resaltar que la regeneración se puede aplicar en absolutamente todos los campos o sectores económicos. Siempre pensando en la premisa de crear, propiciar o promover condiciones de vida que conduzcan a más vida.
Sumado a lo anterior, el ser humano es, por naturaleza, un ser social y de cualquier modo siempre busca bienestar individual y colectivo. Entonces por naturaleza somos multiplicadores de condiciones óptimas para un buen vivir. Por eso, desde siempre se ha tenido el pensamiento regenerativo, solo que no se es consciente o no se reconoce que esta práctica es inherente a nuestro modo de existir.
Ante tal panorama, la sociedad ha sido corrompida por modos de vivir consumistas y extractivistas exagerados y sin escrúpulos que han llevado al colapso la supervivencia del ser humano en el planeta. Esto ha cruzado el límite y hace que el planeta también curse los suyos.
De esta manera, no podemos negar el colapso planetario; seis de los nueve límites de la tierra ya han cruzado el umbral de peligro y eso significa que el equilibrio o balance del planeta tal como lo conocemos; razón obvia por la cual ya no va a ser el mismo. Es más, se están generando fracturas que implican un cambio de comportamiento de cada partícula que pertenece a los diferentes ecosistemas de la Tierra. Es como si la última ficha inferior del jenga fuese retirada por un jugador de forma brusca, lo que hace que se desestabilice toda la torre, sin que esta se derrumbe y aunque la torre siga existiendo, sus piezas ya no están alineadas, ya no se encuentran encajadas de la forma correcta lo que significa que es mucho más propensa o vulnerable a colapsar.
Lo mismo sucede con el funcionamiento del planeta Tierra: el ciclo del agua, del viento, el comportamiento de los animales y demás sistemas existentes están cambiando, y esto es normal en un mundo en el que todo evoluciona; no obstante, sin nosotros. Desde Brundtland, con la llegada del desarrollo sostenible al mundo, se le dio una mirada un tanto conformista al asunto de la crisis climática, ya que los expertos decían que buscáramos formas de adaptarnos al mundo que nos esperaba.
Y bajo esta mirada es aquí donde aparece la regeneración. Ella ocurre en un modo de ver el mundo que poco se conforma con adaptarse a lo que venga. Es en la regeneración en donde lo que se busca no es solo mitigar, sino reflexionar, restaurar, renovar, repensar, reaprender (todos los res positivos habidos y por haber). Solo a modo de ejemplo, restaurar ecosistemas, regenerar tejidos y saberes sociales o comunitarios son acciones donde la competencia queda de lado y es cambiada por la cooperación y el trabajo comunitario.
Un movimiento con una capacidad de expansión enorme, en el que combinamos todo lo bueno aprendido a lo largo de la existencia del hombre y lo usamos en pro de generar vida. Eso se puede traducir en un ejemplo básico: suelos fértiles. Si hay suelos sanos, se reducen las posibilidades de inundaciones o sequías, y además propicia la germinación de alimentos ricos en nutrientes, que en términos sencillos da como resultado comunidades saludables y da pie a contribuir con la soberanía alimentaria. Esto alcanza una mayor comprensión cuando se sabe que en la cadena sistémica la salud del suelo es relevante para el sustento o la supervivencia en el planeta. Así como este, existen más ejemplos para demostrar que nuestra vida en el planeta está tan conectada con todo lo que existe en él.
Así entonces, todas las buenas herramientas y estrategias creadas por el hombre se mezclan para crear ideas y proyectos innovadores, en los que los conocimientos ancestrales, la economía circular, la biomímesis, la automatización, la tecnología, la misma sostenibilidad, la economía de la dona, y muchas más van a jugar un papel importante en este recorrido transformador hacia la generación de vida. Lo lindo de la regeneración es que respeta el momento y el lugar en el que cada herramienta puede participar. En la regeneración no existen los egos. Si A tiene una idea buena, esta se puede fusionar con una fracción de la idea de B y así sucesivamente.
En definitiva, la regeneración no es más que un viaje cooperativo, colaborativo, reflexivo, solidario, humilde, empático, tolerante, respetuoso y multiplicador de vida. Por lo tanto, vale la pena cuestionar, ¿Cómo puede el ser humano cooperar con otros que quieren lo mismo que yo? ¿Cuál es el camino que se puede tomar para llegar a un objetivo evitando hacer daño? Ahora, ¿Cómo puedo llegar a mi meta dejando cosas buenas y útiles en cada paso que voy dando? ¿En qué consiste el trabajo colaborativo? ¿Qué implica promover relaciones positivas entre las personas y los demás elementos de la naturaleza? Estos son solo algunos de los interrogantes claves para autoevaluarnos; para iniciar de nuevo, evolucionar y regenerar.

Jornada de limpieza de playa en Nuquí, Chocó (Colombia)


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